miércoles, 25 de abril de 2012

Cultura : Hernán Espinoza Ramírez 50 años dedicado a la docencia en Nasca


50 AÑOS AL SERVICIO DE LA EDUCACIÓN NASQUEÑA

MIS 50 AÑOS que se celebraron el 14 de los corrientes, mis 50 años en Nasca, sentimientos encontrados, surge en mí, al recordar que llegué a estas tierras sin conocerlas y con las expectativas y las ambiciones de un joven profesional, que inicia su carrera en el magisterio peruano.

Recuerdo las peripecias pasadas para viajar a Nasca y que después de viajar 3 horas en automóvil y antes las preguntas que hacían mis compañeros de viaje, si era Nasca.

Es que la carretera de en ese entonces era calamitosa. Nos alójamos; mi madre y Yo, en el hotel San Juan (hoy Agucho) y al día siguiente me presente a la escuela Nº 1595 de San Carlos; elegante, encorbatado como era costumbre ir a la Universidad y encontré a un anciano en manga de camisa en una escuelita de 4 aulas por cuyo patio pasaba un canal de regadío encausado en unos dos metros de ancho por uno de altura.

La primera decepción cuando me presentan a mis alumnos de transición. Yo era un vicho raro encorbatado y con terno, pues mis alumnos no tenían uniforme alguno y haciendo caso a mi Director, don Roberto Pisconti, me quité la corbata y el saco y creo que no lo volví a usar por buenos años. En ese tiempo, el 70% del magisterio eran de 3ra categoría; el suscrito y tres profesores más que llegaron en ese año, éramos los primeros profesionales que llegaron a esa escuela de San Carlos; uno de Arequipa, un Cantuto y yo de PUC.

Vaya que por ese momento dimos lustre a nuestra condición de profesionales en la Educación. Con esfuerzo, cariño, dedicación y mucha imagen nos convertimos en los engreídos del barrio, dicho sea de paso; un barrio populoso, con gente dinámica, preocupada por su barrio y por su colegio (¿dónde está esa gente?) San Carlos fue otra cosa; nuestro trabajo fue reconocido por todos y mucha gente llevaba a sus hijos del centro de la ciudad a San Carlos. Nos miraban con respeto y para aquellos amigos que llevaban a sus hijos a San Carlos, no era problema pues tenían su movilidad propia. Fui su profesor hasta 1983; desaparecimos el canal con trabajo de alumnos y padres de familia, fue un trabajo de titanes, pues eran 180 m. de canal; formamos la primera banda de músicos de Nasca, donde salieron músicos reconocidos de nuestra ciudad.

En 1983, después de meditarlo mucho y con 24 años de servicio en el magisterio nacional, opté por renunciar al magisterio estatal. Contra la opinión de muchos, pues estaba en lo mejor de mi carrera; yo tenía otra idea que flotaba en el cerebro mío y de mi esposa. No tenia Nasca un Colegio Particular como todas las grandes ciudades. Al renunciar al Magisterio Estatal, a medio año de gestiones, idas y vueltas a Ica, mace GUADALUPE, para atender el nivel primario.

Caminamos durante muchos años en locales arrendados; para que al fin logremos construir nuestro local en la Urb. AMAPROVI. Parece mentira, pero llevamos ya 29 años y hoy al estar en nuestro local, nos sentimos muy contentos y con sentimientos de felicidad al poder atender a los niños y jóvenes de Nasca; que al final de cuenta es nuestra meta mientras tengamos vida: trabajar por la educación de Nasca y el día que el último momento de nuestras vidas nos lleve al mas allá; GUADALUPE seguirá atendiendo a los niños y jóvenes nasqueños.

En lo personal, tuve la suerte de contraer matrimonio con Reydelinda. Siempre se dice que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, es una inmensa verdad; Reydelinda personifica a esa mujer. Con ella tenemos tres magníficos hijos: Janecita, Nancho y Karina. Tres encantadores nietos Cesítar, Adrianita y Gabrielita; los que juntos a Luis, César y Florcita, hoy formamos una bonita familia. A Dios gracias, por mantenernos unidos y a la Virgen de Guadalupe por tener bajo su manto a este su Colegio.

Hernán Espinoza Ramírez Director

* NUESTRAS FELICITACIONES ESTIMADO MAESTRO HERNÁN ESPINOZA RAMÍREZ, QUE LA CELEBRACIÓN NO SOLO SE QUEDE EN EL 14 DE ABRIL SINÓ TODO EL AÑO, NASCA DEBE HOMENAJEAR AMPLIAMENTE AL MAESTRO.