
El Correo-Chincha.
La música afroperuana se encuentra de duelo por la repentina partida del máximo exponente e ícono del arte y folklore negro, Don Amador Esteban Ballumbrosio Mosquera, conocido en el pueblo carmelitano con el apelativo de "Champita"; quien a los 75 años partió dejando un enorme vacío en el corazón de las personas que conocieron de su talento innato para el zapateo y el manejo del violín, arte que cultivó desde muy pequeño.
Amador nació el 26 de noviembre del año 1933, en la Hacienda Huanco en el El Carmen, fue hijo de Isabel Mosquera y Basilio Ballumbrosio. Una de las cosas que marcó su vida fue cuando tenía 4 años y se encontraba jugando cerca a la acequia Chochocota; y no de sus primos tiró su sombrero a la acequia y por ir a rescatarlo estuvo a punto de perecer ahogado, afortunadamente fue rescatado, pero como no reaccionaba su madre hizo una promesa a la Virgen del Carmen, patrona de este recóndito distrito, ofreciéndole al pequeño Amador para que todos los años en Navidad baile en el Atajo de Negritos; él asimiló muy bien ésta promesa y varios años después la complementó aprendiendo a tocar el violín, desde aquel entonces, a parte de dedicar valiosas horas al estudio y a ayudar en los quehaceres del hogar, también se dio un tiempo para perfeccionar su talento en el arte.
Este legendario hombre de raza negra, que hizo famosa la frase "Vamo' pa' Chincha Familia", era generoso y de buen carácter, encandiló con su danza y traspasó fronteras; siendo reconocido como un gran percusionista, violinista y zapateador. Dejó su último suspiro en su humilde vivienda ubicada en la tercera cuadra de la calle San José, en esta casita humilde de adobe que él construyó con sus propias manos. Se encontraba al lado de su inseparable esposa, Natalia Adelina Guadalupe Córdova, con quien procreó 16 hijos. "Sólo pidió que le alcanzara un vaso de agua, bebió y luego ya no respondió más, murió tranquilo y en paz, y sin mostrar ningún dolor, su corazón dejó de latir...", manifestó Celia Ballumbrosio.
Hasta su morada, donde se velan sus restos mortales, llegó un emisario del Presidente de la República, quien hizo llegar las condolencias de Palacio de Gobierno. "Una vez enterado del deceso, el presidente Alan García me comisionó para ser el portador de las condolencias a la familia de Amador, en reconocimiento a su importante aporte a la cultura negra, que ha dejado en alto el nombre del País...", expresó el General de Brigada del Ejército Peruano, Juan Carlos Urcarreigui Reyes.
Por su parte, el autor y compositor de temas musicales Micky Gonzales, expresó sus condolencias a la familia y manifestó que aprendió muchas cosas de él, las que marcaron un paradigma de vida personal y profesional; reconoció que Amador influyó positivamente en el gran éxito que obtuvo años atrás y que le abrió muchas puertas.
"Vine por primera vez en el año 1978 y me quedé por un año después de que conocí a Amador, gracias a él aprendí muchas cosas; es por ello que grabamos temas como "A gozar sabroso", que estaba dedicada a él, luego "La Pequeña", y varios temas instrumentales...", refirió Micky.
Su casa, donde siempre esperan a los amigos y visitantes con las puertas de par en par, se ve triste, y en las paredes de la sala se exhiben las fotografías de toda la generación Ballumbrosio, donde explican su trayectoria y recorrido por la vida llena de satisfacciones. Hasta este lugar llegaron personajes de talla nacional e internacional para aplaudirlo y admirarlo, entre ellos se recuerdan a Mario Vargas Llosa, Juan Gabriel, Julio Andrade, Micky Gonzales, Susana Baca, entre otros.
Hoy esa casa está inundada de pena y dolor, con arreglos florales de diversas instituciones y personajes, entre las que destacan APDAYC, Municipalidad de Lima, Perú LNG, La Primera Cuadrilla de Mujeres Nuestra Señora del Carmen, La Tarumba de Lima, Municipalidades distritales y más, quienes se hacen presentes por esta repentina partida del Maestro y gran hombre, que no sólo dejó legado de arte, sino que pasa a ser parte de la historia nacional como patrimonio cultural .
Datos:
El lamentable deceso ocurrió el pasado lunes al promediar las 7:15 p.m. en el interior de su vivienda ubicada en la Calle San José Nº 325.
Sus hijos imploraron a las autoridades que no lo olviden y que su memoria sea respetada con obras en favor del progreso y desarrollo del distrito de El Carmen, ya que la existencia de Amador enalteció a este distrito.
Sus restos mortales serán sepultados en el Cementerio General del distrito carmelitano a las 4:00 p.m., pero antes se le rendirá un homenaje póstumo en la Plaza de Armas del distrito.
(Roberto Gutierrez)
SU VIOLÍN ENMUDECIÓ, SUS ZAPATOS YA NO LEVANTARÁN MÁS POLVO
Zapateaba hasta que salía humo
Amador Ballumbrosio murió a los 75 años
Yo zapateaba hasta que salía humo”, contaba en una entrevista pasada, corroborando una frase confiada al fotógrafo Lorry Salcedo: “Hasta que el cuerpo aguante”, le había dicho don Amador Ballumbrosio Mosquera. Por esos días, su salud ya se encontraba menguada a causa de la diabetes y como consecuencia de un derrame cerebral. Hoy, dos años después de esas declaraciones, es tiempo de cerrar comillas y ponerle el punto final a esa frase. Su cuerpo no le dio más tregua.
Violinista, percusionista y bailarín, ícono del folclore afroperuano, murió el lunes a los 75 años. Patriarca del clan Ballumbrosio, tradicional familia cultora de la música afroperuana, Amador nació el 26 de noviembre de 1933, en la hacienda Huanco, distrito El Carmen, Chincha. Tuvo 15 hijos, muchos de los cuales heredaron su vena artística y radican hoy en el extranjero.
Como ejecutor del violín, el cajón —instrumento de percusión originario del Perú que ha tenido resonancia internacional— y del baile clásico afroperuano del zapateo, Ballumbrosio fue exponente de un arte que consolidó en el país y llevó, además, a otras latitudes.
Don Amador actuó junto con diversos referentes de la música negra y criolla del Perú, como Ronaldo Campos, “Caitro” Soto y “Chocolate” Algendones. Fue también amigo de otras grandes personalidades de nuestro quehacer musical, como Chabuca Granda, César Calvo y el percusionista Manongo Mujica.
De la misma manera, fusionó su talento con el del rockero Miki González, con quien aparece en el clásico video del tema “Akundún”. “Fue una bonita experiencia compartir con Amador tantos trabajos, fue un gran artista. Juntos creamos fusiones, pero, sobre todo, creamos una amistad. Es una suerte haber trabajado con él”, señaló Miki. “Tengo unas grabaciones que realizamos juntos, cosas tradicionales del zapateo; se llama “Caporal” y le puse este nombre porque él [Amador] es un caporal del zapateo”, agregó González, quien viajó ayer hasta El Carmen para brindar sus condolencias a la familia del desaparecido artista.
La partida de don Amador Ballumbrosio deja tras de sí invaluables enseñanzas y testimonios de su arte, como zapateador, músico, padre y maestro.
ESTE FUE UN ARTÍCULO DIFUNDIDO POR FRECUENCIA ATINA HACE UN TIEMPO PIDIENDO APOYO A ESTE GRAN EXPONENTE DEL ARTE AFRO PERUANO ENFERMO:
Amador Ballumbrosio vive drama por enfermedad
Uno de los máximos exponentes de la música negra en el Perú, don Amador Ballumbrosio, se encuentra muy enfermo y su familia le pide al gobierno otorgarle una pensión de gracia.
Amador Ballumbrosio, aquel personaje de ébano representante del zapateo y del arte chinchano, hoy está lejos de aquellas fiestas interminables en las calles del Carmen, divorciado de por vida de las cuerdas de su violín y sentenciado a nunca más retumbar el suelo con el poder de sus pies.
El maestro a sus 75 años está postrado en una silla de ruedas, luchando en silencio contra una diabetes galopante y una segunda embolia que el 14 de junio lo dejó abatido.
A don Amador solo le queda en un rincón de la memoria aquellas buenas épocas de glorias y aplausos. Su fuerte figura quedó reducida a un hombre frágil y triste, al saber que el Estado Peruano ni se acuerda de él. Don Amador no recibe la esquiva, la inalcanzable pensión de gracia peruana.
Este hombre subsiste con lo que sus hijos buenamente le hacen llegar y con una pensión de 350 soles que la municipalidad, como parte de un reconocimiento, le concede. El dinero apenas alcanza para comprar algunas medicinas que hoy necesita con urgencia.
En el Perú, muchos artistas reconocidos han tenido que luchar hasta sus últimas fuerzas para que se les otorgue una pensión. El problema no deja de ser ajeno en la actualidad.
Artistas como Rosa Wunder, actriz con 50 años de carrera, han sufrido el dolor de la indiferencia. A ella le dijeron que era una desconocida, a pesar de su reconocida trayectoria.
Leontina Laís, Carlos Oneto y Fernando Farres, cada día renuncian a la idea de tener una pensión. Algunos, como Antonio Salim se fueron de esta vida sin ella.
Por su parte, Micky Gonzáles, quien está ligado hace muchos años a los Ballumbrosio, lucha silenciosamente para que su amigo reciba en vida el reconocimiento merecido.
Ojalá su voz llegue hasta las más altas esferas del Estado y se reconozca la fecunda labor por el arte negro que impulsó en nuestro país el siempre querido y admirado don Amador.
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