Una nueva y milenaria figura aparece en las Pampas de Nasca :
Hoy National Geographic anuncia al mundo sobre el descubrimiento de una nueva figura en las denominadas Líneas de Nasca
El misterio de las pampas de Nasca crece cada día más. El milenario espacio -al que tantos años le dedicó María Reiche- vuelve a estar en los ojos no solo de la comunidad científica, si no del mundo en su totalidad. Esto a raíz de unque reciente hallazgo de un nuevo geoglifo en el desierto de Nasca, en el sector de la pampa de Majuelos, ha vuelto a poner en relieve la importancia para el sector turístico de este sitio arqueológico, reconocido como patrimonio mundial por la Unesco, que alberga enigmáticas figuras antropomorfas, de animales y objetos, que pueden ser apreciadas a distancia.
Según indica el portal web de National Geographic, se trata de una figura trazada en el terreno árido, de unos 30 metros de largo, que representaría a un animal con la lengua larga.
Así lo describió el arqueólogo Masato Sakai, de la Universidad de Yamagata (Japón), quien dirige las investigaciones en el desierto de Nasca junto con su colega peruano Jorge Olano.
Detalló que la parte izquierda de la figura presenta una cabeza con una lengua larga, mientras que la parte derecha, con manchas y salientes, podría corresponder al cuerpo y las patas.
En ese sentido, consideró que el diseño de la figura no parece ser de tipo realista, sino imaginario. Sakai explicó que para construir el geoglifo recientemente hallado en la Pampa de Majuelos de Nasca se extrajeron piedras y se acumularon formando un bajorrelieve. Esta técnica es característica de los geoglifos y tendrían una antigüedad de 2,000 a 2,500 años, aseveró.
El investigador recordó que en 2011 se descubrieron otros geoglifos en la misma zona, los cuales representan dos figuras antropomorfas en una escena de decapitación. Teniendo en cuenta que entre ambos geoglifos existe un camino antiguo que se dirige al centro ceremonial Cahuachi, se podría considerar que esas figuras están vinculadas a lo que sería un camino de peregrinación hacia este lugar religioso, anotó.
Masato Sakai es profesor de antropología cultural en la Universidad de Yamagata y director adjunto del Instituto de Investigación de la cultura Nasca en esa universidad, creado en 2012.
En julio del 2015, Sakai y su equipo de investigadores descubrió 24 geoglifos en Nasca, los cuales fueron considerados más antiguos que los famosos geoglifos del colibrí y del mono.
Esos grandes trazos sobre el desierto se ubican a un kilómetro y medio al norte de la ciudad de Nasca, al sur de Perú, e incluyen lo que parece una llama y otras imágenes irreconocibles, cuya antigüedad se estima en 400 a 200 antes de Cristo, según los estudiosos.
El equipo de investigación liderado por Sakai inició su trabajo de campo sobre las líneas de Nasca en 2004. Hasta la fecha, se han descubierto alrededor de 50 geoglifos de la zona.
Los geoglifos de Nasca están siendo afectados por la expansión de las áreas urbanas. Queremos preservarlos compartiendo su importancia con la población local, expresó el profesor Masato Sakai.
No es sin embargo, el único motivo por el que Nasca está siendo visto como el nuevo centro de atracción de arqueólogos, antropólogos e investigadores científicos.
El misterio que envolvía a los agujeros en forma de espiral ubicados en el desierto de Ica ha sido develado con la ayuda de imágenes satelitales que revelan que se trata de pozos para extraer agua del subsuelo elaborados con un avanzado conocimiento de ingeniería hidráulica por peruanos de la cultura Nasca, hace más de 1,000 años y que, sorprendentemente, funcionan hasta hoy.
La investigación, conducida por la científica peruana Rosa Lasaponara, del Instituto de Metodologías para el Análisis Ambiental, con sede en Italia, da cuenta en reciente entrevista con la BBC de Londres, que con estos pozos los antiguos peruanos desarrollaron una agricultura extensiva que les permitió sobrevivir en uno de los territorios más áridos del planeta.
Explicó que los también llamados puquios (en idioma quechua) constituyen un sofisticado sistema hidráulico construido para recuperar el agua de los acuíferos subterráneos.
Para ello diseñaron estructuras en forma de espiral para facilitar el ingreso del viento -intenso en esa parte del Perú en la mayor parte del año-, y de esa manera lograr por gravedad que el líquido vital brote hacia la superficie.
Lasaponara sostiene que todo indica que estos sistemas hidráulicos eran más sofisticados de lo que parecen en la actualidad.
La investigadora agrega también que evidencian una profunda investigación de la geología de la zona y de las variaciones en la disponibilidad del agua durante el año, lo que ha permitido su operatividad luego de más de 1,000 años. Agrega que esta innovadora solución a la escasez de agua superficial en el desierto muestra el avanzado conocimiento de los antiguos peruanos, lo que se equipara a las mundialmente famosas Líneas de Nasca, que también estarían relacionadas con la presencia de agua, elemento que siempre fue atesorado por todas las civilizaciones a lo largo de la historia para asegurar la supervivencia humana y la vida en general. La investigadora concluye que esta demostración de avanzada ingeniería hidráulica por parte de los Nasca está sustentada en la organización social que caracterizó a esa cultura precolombina que surgió antes de 1,000 A.C y perduró hasta 750 D.C. y que no solo se expresa en esta faceta del conocimiento, sino también en sus textiles y cerámica, entre otras manifestaciones culturales que sorprenden al mundo. Estos hallazgos y conclusiones científicas acerca de uno de los misterios ocultos para la arqueología, la ingeniería y la ciencia en general del mundo, están consignados en el libro El Antiguo mundo Nasca: nuevas aportaciones de la ciencia y la arqueología, elaborado por Lasaponara y su equipo de colaboradores, el cual será presentado a finales de año.
( Correo )Tu
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