lunes, 3 de agosto de 2015

Cultura : "Benita la Capadora" por Josué Lancho Rojas

Literatura y literatos de Nasca: Josué Lancho Rojas.

“BENITA LA CAPADORA”

A los pocos años de consolidada la República, se estableció en la Villa de Santiago de La Nasca un extraño personaje que por su forma de conducirse causó terror y espanto en toda la zona de "Tunga" y "Huarato", lugares donde abundan los montes de espinos, guarangos y toñuses.

El tan mentado personaje era conocido como "Benita" una mujer que bordeada los 50 años, medía 1.90 mts. de estatura, y gustaba vestir indumentaria masculina, y era común verla con botas ganaderas, pistolas y dagas al cinto; además de ello era gran jinete y amante de usar buenas cabalgaduras. Le servían de acompañantes sus tres hijos, cuyas edades fluctuaban entre los 23 y 25 años, su potente voz retumbaba cuando gritaba en las pampas de las "Clavelinas" y las "Lomas de Marcona", lugares que había escogido como su centro de operaciones.

Cuenta la leyenda que esas no solo eran las características de su recia personalidad sino que también sabía de lacear toros y caballos a la carrera, montar y desmontar de la misma forma, en fin era una perfecta "bandolera".

Infinidad de veces los viajeros fueron sus víctimas, cuando los asaltaba en el "Camino Real" que se dirige de Ica hacia el Sur, pasando por "Corralones" y "Cahuachi", allí de la espesura de esos montes surgía "Benita" con sus hijos, y los despojaban de su dinero y prendas más valiosas. Pero lo más peculiar de estos lances bandoleriles era que la gran "Benita" escogía dentro de sus víctimas al hombre más fuerte, joven y apuesto, y sin más ni más lo conducía a su cabaña para satisfacer su apetito carnal, lo lamenta-ble era que al final el escogido para estos actos terminaba siendo castrado.

Por este motivo los vecinos de Lanasca la bautizaron como "Benita la Capadora"; de allí de decir que empleaban las amas de casa cuando algún muchachito se portaba mal o no quería dormirse temprano: "Duérmete muchacho, por que sino viene "Benita y te va a capar". El fin de Benita se veía venir cuando el Gobernador de esta Villa, el Coronel Meza, y a la sazón dueño de la Hacienda Cahuachi, informó a las autoridades de Ica acerca de la múltiples fechorías, pidiéndole envíe inmediatamente refuerzos para su captura. Así mismo fue, ya que llegaron prestos 50 soldados de a caballo y tendieron a "Benita" después de mucha espera, una insalvable celada. Al verse rodeada juntamente con sus acompañantes, establecieron nutrido tiroteo con sus captores, pero viose rendida al ver caer mortalmente herido a uno de sus hijos.

Cuentan que fue conducida apresada hasta los aljibes del Castillo del Real Felipe, donde falleció años después.

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