jueves, 2 de abril de 2009

1500 geoglifos vistos sin necesidad de volar.

(El Correo)

Una de las cinco provincias de la región Ica que aún la población peruana no conoce es Palpa, sobre todo los misterios que esconde en la falda de sus cerros como son los geoglífos de la cultura Nasca y Paracas que tienen más de dos mil años de antigüedad.

Según estudios realizados por arqueólogos del Proyecto Palpa, esta provincia alberga 1500 geoglifos.

Para conocer los geoglífos solo basta tener un espíritu aventurero y, con un poco presupuesto, conocerá la historia de los antiguos hombres que hicieron realidad este bello espectáculo.

Entre las figuras que se pueden observar tenemos a los impresionantes geoglifos Paracas, elaborados hace más de dos mil años, estos se encuentran en las faldas de los cerros del distrito de Llipata, en el Km 408 de la carretera Panamericana Sur

Sus once geoglifos, que representan los motivos más típicos de esta cultura; son figuras antropomorfas que tienen sobre la cabeza un tocado en forma de rayos o penachos y simbolizan al ser oculado o posible divinidad de los Paracas, aunque también se observan representaciones de aves que presentan los mismos diseños y motivos que muestran los textiles y la cerámica de esta cultura, pertenecientes en su mayoría al período Paracas Tardío, o sea 300 años a.C.

Estas figuras, recientemente redescubiertas y que han sido restauradas, sirvieron en su momento para confirmar que los Paracas fueron los creadores de los primeros geoglifos, y que luego los Nascas desarrollaron con mayor amplitud.

El geoglífo El Tumi se encuentra a 4 km al Sur de Río Grande; es conocido también como Obsidiana. Esta figura nos muestra el periodo de transición entre las culturas Paracas y Nasca, al poseer ambas técnicas en la elaboración del dibujo (Alto relieve Paracas - Líneas hechas de un solo trazo Nasca).

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