ANECDOTAS NASQUEÑAS
EL ORIGEN DE LOS TEMBLORES
Cierta tarde durante el velatorio de la Srta. Carmen López Pastor, venerable dama nasqueña, perteneciente a uno de troncos familiares más antiguos de nuestro pueblo, después de brindarle unas oraciones y el concebido saludo a las señoras que acompañaban en la sala, me retiré a un pequeño Hall delantero con piso de tierra, donde un grupo de señores de edad conversaban amenamente frente a una botella de buen pisco.
Entre ellos destacaban don Oscar Corzo Reyes, padre de Aroldo y Maestro albañil de los buenos; don Juan Camasca, flaco, alto, de pelo cano e hirsuto y soldador de oficio; don Basilio Falcón Flores, personaje de mostachos señoriales, gallero y pintor de oficio, además de varias personas venidas de las chacras vecinas.
Por coincidencia esa misma mañana se había producido un fuerte temblor en la localidad, el mismo que fue tema de conversación entre el grupo, es así que desde un rincón alguien lanzó una pregunta: ¡Señores!,¿Qué les pareció el temblorcito de hoy? , a lo que don Oscar Corzo, rascándose la cabeza expresó: ¡Fue bien regular el movimiento, a mí me agarró cuando cruzaba la Plaza!, otro de más allá dijo: ¡A mí me cogió en el Mercado y se me movió el piso!...en fin, cada uno dio su versión a su manera y en diferente tono.
No faltó uno de los presentes que desde una esquina hizo una pregunta medio cacasena: ¿Don Oscar, y por qué se serán los temblores, no?, y don Oscar que era de rápida respuesta replicó :¿Cómo que no saben de dónde vienen los temblores?...¡La cabeza se ha hecho para pensar señores, no solo para usar sombrero? .Ante esta respuesta que más parecía un resondrón, intervino don Juan Camasca, quien con su voz ronca, producto de las tres cajetillas de cigarrillos Inca que se fumaba diariamente, le dijo :¡Oye Oscar, el hombre te ha preguntado sobre los temblores y tú todavía no le respondes!.
¡Bueno, ya pués no se impacienten señores , la respuesta es muy sencilla!, arguyó don Oscar adoptando una pose doctoral y colocando una rodilla en el piso de tierra, cogió un palito y usando el suelo de tierra húmeda y apisonada, a manera de una pizarra empezó a graficar una serie de garabatos: ¡Miren, Dios todopoderoso, creó la tierra perfectamente equilibrada y ordenada, es decir, aquí puso los cerros, acá puso las pampas, allá los mares y los ríos!...¡Todo en perfecto orden y en su sitio como para que no lo muevan!.
Cuando todos esperaban que continúe, se paró un ratito, prendió su cigarrillo, se tomó un pisquito y prosiguió con su explicación ante la atenta mirada de todos los presentes, incluyendo a las señoras que habían abandonado el velorio para escucharlo. ¿Pero Oscar, di de una vez cómo es eso de los temblores y no te vayas por las ramas?...insistió don Juan Camasca.
¿No seas apurado pues Juancito, y déjame parir de a pocos?, respondió pícaramente don Oscar y remató diciendo: ¿Cómo creen Uds. que no van a ver temblores, si los “gringos” de las minas de Marcona, se llevan todos los días toneladas de hierro que pesan un montón, y se la llevan hasta Japón que queda al otro lado del mundo?...¡Ahí en ese momento es pues donde se producen los temblores, cuando el hombre pone el peso de un lugar a otro!...¡Ahí está el desbalance, por eso todos los temblores son producto de ese desbalance que hace el hombre!.
Un grupo de oyentes quedó medio convencido de la explicación, otros se rascaban la cabeza, mientras que otros nos fuimos a la esquina a sonreírnos de la curiosa y singular explicación de don Oscar. De esta manera estamos rindiendo homenaje a nuestros viejos amigos ,que nos antecedieron generacionalmente y que hoy descansan en la paz de sus sepulcros, allá en el Cementerio de Aja.
(Josué Lancho Rojas)
Fotos:
1.-Puente viejo
2.-Acacias en flor
3.-Cementerio San Luis de Aja.
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