jueves, 14 de mayo de 2015
Cultura : Nasca, Personajes notables del Cercado, "Don Man Fuí, entrañable chino de nuestra infancia" por Sixto Fernández Alvarado
NASCA: PERSONAJES NOTABLES DEL CERCADO
DON MAN FUI, ENTRAÑABLE CHINO DE NUESTRA INFANCIA
POR: Sixto I. Fernández Alvarado
La LEY CHINA (17 de Noviembre de 1849) rubricada por el ¿libertador? Ramón Castilla, dio luz verde a una maldita mafia de traficantes: el Estado peruano premiaba con 30 pesos a quien introdujera al Perú un culí chino. Gracias a Castilla, se constituyeron en exclusivos “importadores” de chinos, don Domingo Elías y don Juan Rodríguez quienes trajeron unos 150,000 en un horroroso viaje de la muerte de ¡nueve mil millas! Y en donde perecieron unos 15 y 20,000.Producto de ésta trata de seres humanos, arribaron braceros chinos a nuestro pueblo de Nasca. En forma similar a como calificaban a los negros (“piezas de ébano”), a los chinos se les registraba en libros e inventarios como “mercancías útiles” y aún peor: ¡“Costal de huesos”!. Además se les bautizaba con ofensivos y burlones alias: “gato”, “pericote”, “conejo” ó mediante onomatopéyicos sonidos. Y con la anuencia de la religión que se jacta de “verdadera”, los chinos no eran considerados hijos de dios y los enterraban en cualquier lugar, incluso Huacas, menos en los cementerios. Si el contrato de trabajo no era producto de un legicidio… ¿Por qué los braceros chinos llamados coolíes fueron convertidos en esclavos? Contaban nuestra centenaria abuela y nuestro señor padre, que don José de la Borda les daba trato humanitario a los trabajadores asiáticos: cuando los domingos los traían al pueblo para que hagan sus compras, eran los únicos que calzaban alpargatas y vestían con pantalones de bayeta y sombrerones de paja. Al término del infame “contrato” de OCHO largos años, muchos de ellos adoptaban el apellido de su patrón. Conseguida la anhelada liberación, los chinos trazaron su proyecto de vida y fueron posicionándose en los negocios locales eligiendo con gran visión las esquinas de las calles. Seguramente que de allí nace la popular expresión “Chino de la esquina”.
Nacida antes de 1890, nuestra abuela decía que las famosas “Cinco Cruces” ya existían allí cuando ella tuvo uso de razón y que habían sido plantadas piadosamente por el alma de cinco chinitos comerciantes asesinados cuando viajaban sin protección para realizar compras en Ica. Nuestro padre alcanzó a conocer otro sonado crimen de tres chinos a quienes los encontraron encostalados bajo el río Tierras Blancas. Tiempo después supo , los nombres de los supuestos responsables pero no lo dijo nunca –ni a nosotros- por falta de pruebas y respeto a los descendientes de aquellos. En cambio, ¡Sí nos dijo quién mató al Dr. Morsesky!
En los años de 1960, en las céntricas calles Derecha y también “Arica” había gran presencia de comerciantes chinos: casi todos eran vecinos. Por esos años, ya era notoria la prosperidad de los Lí, Lisung, Chong, Chang, Lo, Lu, Choy, Claro que el señor Chiang estaba en el cruce de las calles Fermín del Castillo con Callao. Y también se decía que haciendas como Aja y hasta Taruga, etc., Tuvieron como dueños a chinos. En el Cercado de Nasca, la bodega de don Man Fui estaba situada en la esquina donde hace crucero la calle Fermín del Castillo (antiguo “Callejón de Aja”) con la también antigua calle “Derecha”, hoy Lima. Al frente estaba la tienda del señor Muñoz y a continuación la propiedad de la familia Silva, que incluía Hotel y Huerta, ésta última limítrofe con la Huerta Espejo. Ambas, junto con la Huerta Fernández, fueron las últimas que soportaron el embate de los tiempos modernos.
En la entrada de dicha bodega de don Man Fui, igual que en todas las bodegas de chinos que conocimos, habían grandes sacos de azúcar y arroz apilados casi hasta tocar el techo; y a su lado, la tradicional balanza. Adentro: un sinnúmero de utensilios y chucherías, desde tazas, vasos, ollas, cucharones, linternas, sogas, escobas, baldes de latón, peroles de cobre y hasta lampas y picos. Y como esfinges, sobre los sacos y encima de los largos mostradores, reposaban lánguidos y somnolientos, enormes gatos de “angora” de fino pelaje y maravillosos ojos. Nuestra madre solía “hacer la plaza” en el Mercado San Agustín (carnes, quesos, verduras, etc.,) pero compraba abarrotes donde don Man Fui. Luego de atenderla y antes de retirarnos, éste nos decía así: “…Ese tú, muchacho malquiao… ¿QUÉ QUIELE, AHH? Y haciéndonos un gesto para que esperemos, tomaba un pequeño papel “de manteca” (de los muchos que tenía listos), sacaba golosinas de unos frascos de vidrio alineados sobre el último nivel de su andamio, envolvía un paquetito y poniéndolo en nuestras manitas, nos frotaba cariñosamente la cabeza susurrándonos: “…Ese tú: mañana también viene aquí, con la mamá…yo espela y te da a ti otlo paquetito pee…”
Man Fui, tenía un familiar de apariencia mayor con el que trabajaban juntos. Vivían cerca a la tienda, en vecindad con el glorioso club “!8 Amigos” y con otros vecinos como la familia Balbín y la familia Valdivia. Después de las labores y cuando ellos se recogían allí, solían dejar la puerta entreabierta: entonces, un grupo de amiguitos observábamos que estaban con los pies sumergidos en bateas (según supimos, con agua caliente y sal, para desinflamarlos). Y fumaban largos cigarros negros y leían periódicos oriundos impresos en su idioma mandarín. La vida y sus vicisitudes, demandó nuestra atención hacía otras cosas, desapareciendo don Man Fui de nuestra memoria: Ignorábamos que posteriormente lo habían desalojado de donde funcionara su bodega. Varios años más tarde, de visita a nuestros padres y atendiendo su requerimiento de kerosene, nos fuimos buscando por la calle F. del Castillo en dirección al río Tierras Blancas. ¡Grande sorpresa!: nos encontramos frente a una bodega de puerta color amarillo y vimos tras el mostrador, un anciano chino despachando… Con una entremezcla de alborozo y de congoja, ingresamos balbuceando: “…Man Fui…querido Man Fui…” Y él, quien quizás ya tendría 90 años de edad, nos preguntó y sonrió al oír nuestros recuerdos pero ya no podía vernos: estaba casi ciego. Lo abrazamos y al irnos sentimos que dejábamos con él… ¡Un pedazo de corazón! Y después ya no volvimos a saber nada más. Antes de escribir esto, se nos ocurrió comprar un puñado de golosinas y provistos de un papelito, tratamos y no logramos envolver el paquetito como el que hacía con fantástica habilidad. Y entonces hemos llorado evocando al maravilloso chino, entrañable amigo de nuestra niñez al que, si la muerte no es como pensamos, tal vez vayamos a buscar de la mano de nuestra santa madre… ¡ADONDE ESTÉ!
Sea éste homenaje a don Man Fui, ante cuya memoria nos inclinamos con profundo respeto. Homenaje que hacemos extensivo a la honorable Comunidad China de Nasca.
Sixto I. Fernández Alvarado
Condechaucatoyahoo.es
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1 comentario:
El Fundo TARUGA, fuen un fundo que fue comparado por el señor Jose Diaz y su esposa para su hija Baltazara Diaz Roman y sus hermanas, lamantablemente sus hermanas murieron ellas y ella quedo sola siendo ella la unica dueña de todo, posteriorme ella se casa con Don Eladio Valle Lopez, siendo su unica hija de ellos Maria Olaya Valle Diaz, como unica dueña de este fundo, la señora Maria Valle Diaz se caso con don Juan de Dios Elias Donayre, quie conjuntamente con doña Maria anexaron varios fundos mas a la extension primigenia, llegando a tener 535, ha. una buena parte de este fundo fue alquilado a la Sociedad China Wing Gong Chong, por 6 años que instalaron una desmotadora en 1949 al 1955, asi Taruga nunca fue de ciudadanos chinos, este fundo quedo en poder de sus hijos los Manuel, Armando Elias Valle y Boris y Gladys Ricci Valle, para despues ser afectada por la Reforma Agraria.
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