Muchos nasqueños recordarán aún las campanadas que marcaba el viejo reloj municipal, indicándonos las horas matinales y vespertinas, ubicado en el frontis del antíguo y añorado palacio municipal de Nasca.
Este reloj fue por mucho tiempo un sueño anhelado por la población nasqueña, pués los que habían visitado Lima, allá por la década del 30, relataban con asombro como marcaban las horas los relojes que estaban instalados en la Torre del Parque Universitario, donado por la colonia alemana con motivo del Centenario de la Independencia del Perú en 1921, y el otro en la fachada de la antigua CASA WELSCH, ubicada en el Jirón de La Unión.
Formada una Comisión Pro-Reloj Público en Nasca, que había podido recaudar entre los pobladores solo S/.1,100 ,mientras que el precio de un reloj de péndulo ascendía a los S/.2,000, tuvieron que convocar a una asamblea pública presidida por el Alcalde Bocanegra, en la que la población aprobó por unanimidad dicha compra, y la diferencia sería pagada mediante Letras de Cambio avaladas por don Guillermo de la Borda y don Agustín Bocanegra, respectivamente.
Instalado el reloj en la parte superior derecha del antiguo Templo Matriz, a cargo de un técnico de la Casa Welsh , con la colaboración del Maestro relojero nasqueño, don Miguel Bustamante, fue inaugurado en una pomposa ceremonia un 28 de julio de 1937, por lo que este año se cumplirían 80 años de la misma; las primeras 12 campanadas se dieron lógicamente a las 12 del mediodía, entre el aplauso de una nutrida concurrencia.
Llegó el fatídico 24 de agosto de 1942, día del terremoto de Nasca y entre los damnificados estuvo el Templo Matriz, por lo que se tuvo que trasladar el reloj alemán al frontis del palacio Municipal, hasta que otro terremoto acaecido del 12 de noviembre de 1996 lo hizo callar definitivamente, para hoy verlo hacinado en uno de los depósitos de la Municipalidad de Nasca, sentenciado de por vida a no darnos jamás las recordadas horas.
Lo curioso es que de niños, muchos creíamos que las campanas del reloj estaban a cargo de un empleado “Campanero”, pero no era así, además hoy gracias a nuestras averiguaciones este extraño reloj era de origen alemán, cuyo primer ejemplar fue creado por el holandés Cristhiaan Huygens en 1656 ,inspirado en las investigaciones de los péndulos iniciadas por el famoso Galileo Galilei, allá en 1602.
El reloj que nosotros recordamos era del tipo “Reloj de Sonería”, es decir que a cada hora daba un golpe o gong; pues si alguno todavía recuerda, en el interior de secretaría había dos orificios donde caían 2 cilindros rellenos (uno a cada lado), que eran sostenidos por dos cables exactamente balanceados a través de un oscilador armónico que producía intervalos de tiempos iguales.
Dicen que recordar es volver a vivir, pues espero que este relato haya contribuido a renovar las ganas de vivir entre muchos de los lectores, recordando la historia de nuestro pueblo.
( Josué Lancho Rojas )
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