NASCA: LA CAMPANA DEL TEMPLO SAN JAVIER DE INGENIO :
Jamás hemos visto una campana antigua en nuestro amado pueblo de Nasca; no sabemos qué suerte corrieron las que tenía el templo destruido por el sismo de 1942 ni de su bellísimo retablo. Tampoco, ni remotamente sabemos qué campanas tiene esa suerte de engendro arquitectónico llamado “Templo Matriz”. Y la única noticia que tenemos hasta hoy, es la campana de la foto, perteneciente a la Iglesia de San Javier del Distrito Ingenio, templo erigido por la Orden de los Jesuitas, según dicen, del siglo XVIII. Al ampliar la foto, bien se puede observar en ella la inscripción en alto relieve “San Xavier”.
En su apreciada obra “Los Jesuitas en Nasca”, su autor don Josué Lancho Rojas, nos cuenta que la Iglesia San Javier, (construida en 1746) tenía ¡SIETE CAMPANAS! Y que en la Capilla de San Pablo” habían dos torres con tres campanas. El templo San José debió tener similar número que el de San Javier. Cuenta don Josué, que a la hora de tañir, las campanas se hacían sentir en todos los rincones del valle.
Por ello reclamamos que ésa preciosa joya, de las poquísimas que le quedan a Nasca en materia de Patrimonio Colonial, al parecer continúa suspendida de una viga en el ruinoso recinto, cuando debería ser retirada y custodiada en lugar especial encargándosele a técnicos del Ministerio de Cultura se le aplique un proceso de remozamiento mientras las autoridades del ramo, sigan en el limbo sumando años y décadas para decidir qué hacer con el templo. Claro que, en el entretiempo, un nuevo y devastador terremoto que lo convierta en nada les ahorrará aflicciones, plata y críticas como la nuestra. Sabido es que el templo San José (también jesuita y hermano de San Javier del cual dista unos 4 kilómetros) fue terminado de desmantelar por la familia De la Borda que fue propietaria durante muchos años de ésas Haciendas. Dizque “donó” Retablo, Púlpito, etc. Y tal vez también campanas a la Iglesia Virgen del Pilar de San Isidro, en Lima. Esa colosal obra de arte, también agoniza, en la misma situación que el templo de San Javier.
¿Algún nasqueño sabe, por ventura, en qué lugar de Nasca hay más campanas antiguas? ¿Acaso lo sabrán el Consejero (a) Regional de Cultura de Nasca? ¿Estarán registradas en el Margesí de Bienes Patrimoniales Culturales e históricos de Nasca? A propósito, dicho Margesí –si es que existe-no puede ser un documento super secreto, cuasi propiedad exclusiva de ésos funcionarios estatales: Debería publicarse y también figurar tanto en la Municipalidad como en la Biblioteca del pueblo.
¿PARA QUE SERVÍAN LAS CAMPANAS?
Las campanas son instrumentos sonoros fabricadas con un tipo de bronce, producto de la aleación cobre con estaño en una proporción de 3:1 (78 % frente a un 22 %) La aleación es más sonora y tono más grave y profundo, cuanta mayor cantidad de cobre posea la campana. Se dice que algunos añadían porciones de plata y hasta oro.
Algunos atribuyen el origen de las campanas a egipcios y chinos sin que se sepa cuales las inventaron primero. Pero también fueron conocidas por muchos pueblos como los hebreos, griegos y romanos; de todos tamaños y pesos, y para mil usos. Todo ello muchos siglos antes de la fundación del Cristianismo por Jesús. Luego de él fueron adoptadas por una de las corrientes de ése credo (Catolicismo), alrededor del año 400, tomándose como costumbre grabarles en la parte exterior inmediata al borde, su nombre, el año y lugar en que fueron fundidas y alguna otra particularidad, tal y como hemos observado en la campana citada en el título. Y además solía bautizárseles con nombres como la “Juana” que está en Roma. También famosas por su tamaño y peso: la de Trotzkoi (Rusia) Y precisamente en Moscú, nuestro inmortal César Vallejo no sería deslumbrado cuando conoció el arrasado Templo zarista “Cristo Salvador” que tenía 4 campanarios con 14 campanas que sumaban un peso de 65 toneladas. También es majestuosa la campana de Toledo y la “Froilana” de la Catedral de León, etc.
Así, convertidas en SANTAS debido a su sacra utilización que fue regida por sendas bulas, en principio, el papa Sabino mandó por el año 605, que en todas las iglesias se pusiesen campanas y se tocasen para convocar al pueblo á los oficios divinos, sustituyendo al "Ligua sacra," especie de matraca que se usaba antiguamente. Existe una frase latina que alude a las campanas y que traducida reza así: “Alabo al Dios verdadero, llamo al pueblo, congrego al clero, lloro á los muertos, ahuyento la tempestad y honro las fiestas”.
Tradicionalmente los toques de las campanas tenían un sentido: los había al alba; a las doce, a las tres, y para la oración de la noche, tanto para convocar al pueblo para el Santo Sacrificio de la misa, para anunciar que una alma había pasado á la eternidad y también para los funerales. Además, para las rogativas como ahuyentar tempestades ó aplacar las iras divinas, etc.
Luis XI estableció en 1475 el “Ángelus”, una oración al mediodía complementaria a la que se hacía por la tarde. De ésa forma y al toque de campana al mediodía, TODOS estaban obligados a ponerse de de rodillas para santificar y rezar una oración. Aquel edicto tuvo el efecto que todo mortal, sea en su vivienda, en el campo ó en los caminos, a ésa hora y al influjo del toque de la bendita campana, plantara toda labor “para hacer oración a María”. Algo inconcebible, ininteligible, toda vez que el único intercesor reconocido por el dogma es y debería ser Jesús: “Por mí se llega al Padre” y no por medio de María.
Los Jesuitas, quienes adquirieron las mejores tierras y las mejores haciendas en Ingenio, fueron sus rectores. Para nosotros siempre será un enigma por qué y para qué construyeron dos magníficos templos en el corazón de la campiña. Templos que eran, por su magnificencia, dignos de haberse construido en el pueblo. ¿Por qué los hicieron allí? Donde había una rala población indígena entremezclada con esclavos negros. Pues de acuerdo a lo expresado, lo invitamos cordialmente, amable lector, a retrotraer imaginariamente aquellos tiempos para observar a ésos humildes indios y negros laborando sacrificadamente, bajo la inclemente canícula del sol nasquense y celosamente acechados por los caporales, fuste en mano.
A las doce y cuando el sol se situaba en el eje perpendicular incidiendo verticalmente sobre el suelo ingeniano, TAAAAN….sonaba una sola campanada (¿En cada templo?) obligando a que todos dejaran el arado, los azadones y otros, para postrarse contritos con el rostro inclinado hacia la tierra, tierra de sus ancestros que ya no era suya porque les fue robada a sus antepasasados. Y entonces ellos rezaban una corta oración, mientras bajo el dintel de las pesadas puertas del templo, el orondo y holgazán cura observaba a “su” grey con beneplácito, haciéndoles la señal de la cruz…
Amable lector, si nosotros hubiéramos estado allí, con absoluta certeza comprobaríamos que ellos no rezaban devotamente ni por la Virgen María ni por el Padre, Hijo ó Espíritu Santo. En contrario, los habríamos oído murmurar… ¡Maldiciendo a sus patrones -y nosotros con ellos- incluyendo a ése dios insensible que ha permitido el exterminio y/o la esclavitud de los seres humanos!
Sixto I. Fernández A.
Condechaucato@yahoo.es
1 comentario:
Sixto, como informacion puedo dedirte que en Changuillo había una campana, no se si aun esta, colgada en una viga de huarango, que era conocida como La Camapana de la Libertad. compre una postal en la libreria que habia frente al cine calle Bolognesi que remití a unos amigos de Argentina.
Otra en igual condición en la hacienda Cantayo, que servía para dar la hora de entrada y salida de las labores del campo.
seguiran?
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