viernes, 10 de mayo de 2013

Cultura : Requiem para Chava Chava


REQUIEM PARA CHAVA CHAVA

Por Sixto Fernández Alvarado "Conde Chaucato"

Carlos Cabrel García llegó a Nasca alrededor del año 1965 y compartimos la carpeta en el Segundo “B”. A ésa edad manejaba el automóvil de su padre (Ford Fairlanne) y a veces lo llevaba al colegio. Un día y al término de clases, recogimos en el camino a nuestro Auxiliar señor Luis Bautista Conca, hoy circunspecto Regidor del Concejo Municipal. Antes había sido un excelente alumno y deportista más en su nuevo rol era muy serio y riguroso. Una vez dentro del auto adoptó un tono amigable y hasta ensayó una amplia sonrisa. Entonces Chava (así le llamábamos y nunca nos detuvimos a preguntar por qué) le cedió el placer de conducir el auto e ingresar hasta su hogar en la Hacienda Cantayoc! Allí tuvimos el honor de conocer a sus dignos y venerables padres ¡y además gustamos de una riquísima chicha morada!

Chava era un excelente guitarrista y formó un afiatado grupo rockero con Kike Canales, Raúl Arias, Perico de la Torre y Lucho Fuentes. Ellos impusieron su estilo y presencia que los hizo inolvidables. Quienes tienen nuestra edad así lo pueden atestiguar.
Pasaron los años felices alejándose como las golondrinas al declinar la primavera: Falleció el padre de Chava y pasado un tiempo, su señora madre y su hermano Mario viajaron al Norte Chico quedándose nuestro amigo solo, aferrado a Nasca y a la querencia de nosotros sus amigos: en nuestro hogar él era recibido como uno de los nuestros: todos lo querían. Nunca supimos con qué se sostenía económicamente aunque en una época lo vimos manejando la camioneta de un minero.

Chava era muy peculiar para vestir: Solo usaba Jeans con gruesa correa de cuero debajo de la cual portaba una ó dos cajetillas de cigarrillos, y botines de taco aperillado, con sus herrajes. Jamás lo vimos vistiendo camisa: él solo usaba polos en verano ó invierno: tampoco usaba casaca aún en el más frio invierno. Y era familiar verlo recorriendo calles del pueblo con su guitarra de cajón (también poseía una eléctrica) colgada al hombro.

Sin embargo, siendo tan amiguero, jovial y divertido pues dominaba la conversación con sus ocurrencias y picardías, tenía una íntima tendencia a la tristeza lo cual se evidenciaba cuando interpretaba ciertos temas románticos. Nosotros que compartimos música y amistad imperecedera con él (incluso una vez cantamos juntos en la Plaza de Armas en el programa “Sábados Culturales” que fundó y dirigió nuestro señor padre), aún recordamos y tarareamos algunos estribillos, como si lo estuviéramos escuchando: “Cuántos sueños de éste mundo tan ingrato, lamentamos no poderlos realizar jamás... Dando cara hacía el destino tan adverso, siempre, nos ponemos tristes a pensar...”

Chava, aún rodeado de amigos, no tenía hogar, y su soledad lo fue ganando...A partir del año 1969, nosotros tuvimos que seguir nuestro camino y fuimos a estudiar a Ica. Entonces nos enteramos que Chava se había ido de Nasca y no volvimos a saber de él. Llegó el año 1974 y el azar hizo que fuéramos a la ciudad de Huacho enterándonos que allí vivía. Nos presentamos por sorpresa en su hogar y Mario y él nos miraron estupefactos para luego abrazarnos y levantarnos en vilo en medio de gran jolgorio. Allí también abrazamos a su señora madre. Después de hacer un pacto de hermandad entre nosotros, nos despedimos de Chava con gran pesar sin tal vez con el presentimiento que ésa vez iba a ser para siempre...

Luego de 38 largos años en los que no hemos cejado de averiguar sobre él, apelando a Internet acabamos de enterarnos que Chava dio fin a su vida en Enero del año 2011. Pero antes de hacerlo escribió una carta de puño y letra a Mario, la misma que ha sido hecha pública. Nosotros la hemos leído y releído adentrándonos en su más profundo amor filial que emana de ésa, su despedida. Y como un homenaje a él aquí la reproducimos. Adiós Chava, querido amigo y hermano.

“Marito:
Hermanito, mi madre lo era todo para nosotros y yo ya no puedo vivir sin ella pues cada día es peor su recuerdo. La quise tanto que nunca me pude alejar de ella, siempre tenía que volver a casa porque no sé que me daba de saberla tan solita y hoy solo quiero estar a su lado, al lado de mi padre y de mi hijo Rafaelito. Quiero que me entierren en sexta fila, en un cajón de lo más sencillo, para que alcance el dinero del Centro Humanitario (He pagado hasta el mes de Marzo). Hay una promoción especial para socios, de S/. 250.00.

No quiero que me velen (Del cajón a la tumba). Ni le pasen la voz absolutamente a nadie ni quiero que jamás me pongan flores ni misas; todas pónganselas a mi viejecita linda.

Solo te pido que cumplas con la voluntad de mi madre, de entregarle la casa a Leonardito ya que siempre decía que nunca pudo darle nada y sufría por ello mucho y sufría pensando en que algún día podría verlo y luego se quedaba callada, pero yo se que lloraba en silencio y jamás se quejaba de ninguno de nosotros, pero éramos su preocupación en sus oraciones de cada día y estoy seguro de que nos acompañará siempre desde la eternidad.

Hay un sobre que le dejo en el cajón de mi cómoda a Leonardo; entrégaselo y si puedes, apóyalo moralmente siempre, pues también es tu sangre. No des las llaves de la casa a nadie más que a mi hijo. Las cositas de nuestra madre deben de conservarse, no dejes que se lleven nada y dile a mi hijo que conserve sus cositas en memoria de su abuelita Olga. Riega la Panchita de mamá, me despides de Zoila y dile una vez más que le estoy agradecido por todo lo que hizo por mi madre. Te quiero mucho a ti y a los tuyos.

Carlos”

P.D.: “Te dejo s/. 250 para que pagues la luz, el agua y el teléfono. He pedido la exoneración de la Baja Policía. Pon las jardineras de mi mamá con las llaves, ya deben de estar listas. El pago de teléfono se hace los días 25. Esa máquina de afeitar es para ti, nunca la he usado.”

condechaucato@yahoo.es