
RECOGIMIENTO Y REFLEXION ESPIRITUAL
por Willy Muñoz Pisconte
Nasca es un pueblo que vive bajo la mano protectora de Dios, con un catolicismo fundamentada desde los albores de la Cultura Hispana que en el siglo XVI funda la comarca Española de Santiago Apóstol en esta tierra de notable desarrollo Cultural autóctono de los Nascas e Incas.
Con el correr de los siglos la fe cristiana movió la piedra de la vida en cada Nasqueño que en 1810 fortaleció el amor a nuestra Madre María, mujer sencilla que de la palabra de Dios, hizo un ser de carne divina, es decir al Hijo de Dios, para que la adoremos y rindamos permanente culto a través de la Virgen de Guadalupe, Patrona de Nasca y de los pueblos aledaños. Y con los años del presente siglo mantenemos latente la vida, entrega, pasión y muerte de su hijo Jesús de Nazaret; de manera la Comunidad Redentorista, la Comunidad de la Parroquia Santiago Apóstol en conjunción espiritual con el pueblo católico revive las etapas de lección de vida y amor con huellas eternas de dolor que nos dejara Jesús, Hijo de Dios, Hermano nuestro de gracias invalorables, de sufrimientos, de esperanzas, de fe y de elevadísimo goce espiritual por la redención que Jesús nos otorgo con su sangre, dolor y muerte un Viernes Santo como el que vivimos en esta semana de Misteriosa Resurrección.
Nasca Católica, hija de Dios en esta Región Sur de Ica, y ante los divinos ojos de la Virgen de Guadalupe, vive una semana santa de Recogimiento y Reflexión Espiritual principalmente con nuestra familia cristiana, contemplando desde lo más intimo del corazón el gran amor de Jesucristo por salvarnos de todos los pecados que nos envuelven a diario.
Desde el Domingo de Ramos que se inicia el 1º día de abril celebramos el poder de Dios, a través de la vida, muerte y resurrección de su hijo único, pero a la vez luchamos en cada hogar y desde cada familia a consolidar la salvación de nuestras almas, a través del fiel cumplimiento de los Mandamientos que Dios entregó a Moisés en el Monte del Sinaí para ser acatados por nosotros; y de la remembranza al sufrimiento, dolor y adversidades que Jesús vivió en el Monte del Calvario; así como el goce glorioso de la Resurrección de Cristo nuestro salvador un Domingo Santo de triunfo, de aleluya humana ante el pecado y la aflijadora muerte.