lunes, 12 de marzo de 2012

Cultura : El Reloj Histórico de Nasca




EL RELOJ HISTÓRICO DE NASCA IV :

Somos tercos y estamos voluntariamente aprisionados en los recuerdos y testimonios de Nasca, nuestro amado “Pueblito del Sur” que jamás se irá de nuestros corazones y de nuestras mentes hasta el último segundo de nuestra existencia. Y claro que, si llegado el momento y nos fuera permitido expresar nuestra última voluntad, ésta será que nuestro último segundo en ésta vida y en nuestro pueblo, que lo marque nuestro histórico reloj, aquel reloj que, según informara la notable página www.noticiasdenasca.com comprara don Agustín Bocanegra (en su primera gestión como Alcalde) en la Casa Welch, siendo instalado en la torre derecha del antiguo templo.

Un reloj sencillo y a la vez hermoso y que muy bien se adaptó a la estética del entorno en el Cercado, primero en la torre del templo como ya dijimos, y luego del terremoto de 1942 que obligó a demolerlo, en el frontis del bello Palacio Municipal hoy también desaparecido.

Reloj de péndulo y pesas sostenidas por una larga cadena que bajaban hasta un regular pozo protegido por barandales de madera. Todo reloj de ése tipo –señalan los expertos- consta de cierto número de ruedas tan regulares en su movimiento que siempre emplean en él, idéntico tiempo. Al “dar cuerda” a ésos antiguos relojes, quedan enroscadas unas cuerdas o cadenillas alrededor de un rodete. A un extremo de las cuerdas están suspendidas las pesas, las que por su propio peso producen el efecto de desenroscar la cuerda del rodete. Generalmente las ruedas del reloj tienen dientes, los cuales al engranar con los dientes de otras ruedas, imprimen a éstas su movimiento haciendo que rueden al mismo tiempo, aunque no todas con la misma rapidez, puesto que el número de dientes de las ruedas no es el mismo en todas ellas, de manera que mientras una da una vuelta en sesenta segundos (un minuto), otra para dar también la misma vuelta, necesita una hora ó sesenta minutos.

Todo el complicado mecanismo no tiene otro objeto que imprimir a las agujas ó manecillas, un movimiento alrededor de la esfera. El péndulo sirve para regular la marcha del reloj, para que éste no ande ni demasiado aprisa, ni demasiado despacio. Los relojes que no tienen péndulo, tienen un resorte, y además, algunos como lo hacía el reloj de Nasca, la hora la señalan con una campana: cuando el minutero (manecilla larga) señala exactamente la cifra DOCE (12), y la corta ú horario (manecilla corta) señala la cifra UNO (1), se pone en movimiento un martillito que colocado detrás del reloj, da contra una campana que se encuentra en la parte superior.

Don Miguel Bustamante, el estimado y respetado relojero del pueblo, entendía perfectamente el idioma expresado por ése mágico conjunto de ruedas, rodetes, pesas, péndulos, resortes, campanas, manecillas, etc. de nuestro reloj. El era su único confidente y facultativo.

Y en nuestra imaginación lo hemos visto rondar allí, como un alma en pena, custodiando al viejo reloj hoy destartalado y arrumado por la imperdonable desidia y falta de cultura del pueblo en general.

¿Es que no hay un solo nasqueño culto que pueda iniciar en el pueblo una cruzada para refaccionarlo y hacer que vuelva a funcionar?

¿Cómo puede existir convocatoria y respuesta masiva para actividades religiosas, sociales y deportivas y no para las culturales?

Ese reloj, señores, por supuesto que no es ni remotamente, similar al magnificente reloj que construyera el coronel don Pedro Ruiz Gallo y que robaran los chilenos. Tampoco es calco del Gran Tom ó el mundialmente famoso BIG BEN inglés. Simplemente, ¡ES EL RELOJ DE NASCA!

Desde ésta columna y desde éste diario que difunde cultura, no cejaremos en nuestro propósito, que no es un capricho personal ó un objetivo que apunte como el que suelen perseguir algunos, para satisfacer su ego ó para granjearse simpatías que más tarde intentarán traducir en...votos.

Continuaremos aunque tengamos que escribir muchos artículos más como este, para enrostrarles a las autoridades su falta de respuesta que ya debería cristalizarse en una acción inmediata y sin burocráticos “estudios de factibilidad”.
Continuaremos tercamente, para sensibilizar e inculcar a nuestro pueblo y a nuestros hermanos nasqueños, a amar lo que aún nos queda impidiendo su desaparición, abandonando como ya hemos dicho, el balcón de la contemplación improductiva.

condechaucato@yahoo.es