domingo, 7 de noviembre de 2010

Cultura y Turismo: Las pirámides del Sol /




Las arenas del desierto arden bajo el sol del mediodía. Aquí, en los desiertos de Nasca, la sombra de un huarango es como todo un oasis completo. Pero cuando se encuentra un largo y amplio bosque de huarangos en el lecho seco de un río, la prosperidad aumenta, porque se puede hacer carbón en los hornos de arena, criar cabras que se alimentan de las bayas y dormir en un pellejo de cabra con el ojo alerta porque a partir de noviembre los hilos de agua que bajan de los Andes y se hunden en la arena, pronto discurren libremente por su cauce y el hombre tiene que levantar a su familia, a las cabras y algunas otras pequeñas pertenencias y mudarlas a otro sitio antes que el río se lo lleve todo.

Los hombres del desierto viven desde siempre de la tierra y si hay suerte, los viernes en noches de luna, se pueden encontrar en los antiguos cementerios un ceramio polícromo o una cabeza cortada con la cabellera al viento. Será un regalo inesperado de los gentiles que habitaron hace miles de años esta tierras.

Todos en Nasca viven de la tierra o de la historia de los antiguos habitantes de estos lugares de peregrinación. Uno de esos lugares sagrados es Cahuachi, cabeza principal de la cultura Nasca durante más de 8 siglos, primero durante su periodo temprano (200 a.C. a 450 d.C.) y luego de un estado que hoy día conocemos como Nasca (200 a.C. a 650 d.C.).

La elite gobernante Nasca vivió en Cahuachi, y controló la producción de bienes suntuarios (joyas, cerámica fina, telas) y el tráfico de objetos exóticos como la obsidiana, el Spóndylus y plumas de aves de la selva.

Pero Cahuachi es un centro religioso alrededor del cual una elite gobernante y su pueblo vivieron cerca de la cuenca de río Grande y cuya vida estaba dedicada al culto y a las labores agrícolas.

Cultivaron el algodón y fueron extraordinarios maestros del arte textil. Para el consumo humano cultivaron el frijol (Phaseolus vulgaris), pallar (Phaseolus lunatus), maíz (Zea maiz), maní (Arachis Hypogea), camote (Ipomea batatas), yuca (Manihot esculenta), zapallo (Cucúrbita máxima), pacae (Inga feullei) y ají (Capsicum frutencens).

La unidad del estado se organizaba alrededor de ritos en los espacios religiosos de las pirámides, en sus plazas y laberintos, en su iconografía cerámica y textil, que representan la concepción de un universo mágico marcado por los dioses.

Las pirámides de Cahuachi se construyeron al borde del valle del río Grande y en pleno desierto

En total las construcciones están diseminadas dentro de un área que alcanza los 24 km2. El núcleo central que abarca un área de 4 km2, está compuesto por cinco pirámides encerradas por una muralla perimetral, que incluye: El Gran Templo, La Gran Pirámide, el Templo de Escalonado y los Montículos 1 y 2. En medio un amplio espacio baldío es la plaza principal.

Pero todo el conjunto es impresionante aún hoy después de tanto tiempo y uno puede sentir que por nuestras venas corren algunos genes misteriosos que casi nos hacen llorar por la belleza del desierto bajo la sombra de los huarangos.

Ronald Portocarrero
(www.diarolaprimeraperu.com)

* OTROS ESTUDIOSOS SEÑALAN MÁS ANTIGUEDAD A CAHUACHI Y A LAS LÍNEAS Y GEOGLIFOS DE NASCA.

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