lunes, 23 de marzo de 2009

Se estima que la enfermedad de TBC tiene una antigüedad de 15 a 20 mil años.

TUBERCULOSIS
Se estima que la enfermedad tiene una antigüedad de 15 a 20 mil años
También se la conoce como tisis, escrófula, mal del rey o plaga blanca. Se han encontrado datos sugestivos de tuberculosis en momias egipcias datadas entre los años 3000 y 2400 a.C.

Por el Dr. Hugo Roberto González (*)

A través de la historia la tuberculosis (TB) se ha conocido como: Consunción, tisis, escrófula, mal de Pott, tabes mesentérica, mal del rey o plaga blanca.
Es considerada una de las primeras enfermedades humanas de las que se tiene constancia. Se estima una antigüedad de 15 mil a 20 mil años.
Se han constatado evidencias en restos humanos datados del período Neolítico. Se estima que el período de mayor extensión, por el porcentaje de población afectada, correspondió entre los últimos años del Siglo XVII y los últimos años del siglo XIX (1600 a 1800).

La tuberculosis en las sociedades primitivas

Se describe correspondiente al período neolítico, restos óseo, supuestamente de un adulto joven de aproximadamente 5.000 años a.C.
Se han encontrado datos sugestivos de tuberculosis en momias egipcias datadas entre los años 3000 y 2400 a.C. (Parece bastante probable la hipótesis de que el mismo Amenphis IV y su esposa Nefertiti murieran de esa enfermedad, e incluso se apunta a la existencia de un hospital para tuberculosos en el Egipto del año 1000 a.C.
En el papiro de Ebers, importante documento médico del año 1550 a.C. describe la consunción pulmonar asociada a las adenopatías cervicales, que muy bien podría corresponder a la primera descripción del cuadro clínico de la tuberculosis pulmonar.
Para esa misma época (1500 a.C.) se hace referencia a la enfermedad en la civilización asiática, en los Vedas. Se describe la escrófula (variante de la tuberculosis de los ganglios linfáticos, que se ulceran).
En las Leyes de Manu, (1100 a.C.) se declara impuros a los enfermos de tisis y se prohíbe a los brahmanes contraer matrimonio con cualquier mujer que tenga en su familia algún enfermo con este mal.
En la Grecia antigua, Hipócrates de Cos (430 a.C.), en el libro I de su “Tratado sobre las enfermedades” describe el cuadro clínico de lo que llama Tisis. “Un tísico viene de otro tísico y prende más fácilmente en ciertos temperamentos, como pituitosos, flemáticos e imberbes rubios de ojos brillantes, carnes blandas y omóplatos sobresalientes”. Es Aristósteles quien propaga por primera vez la posibilidad de contagio a través de la respiración.
Es Lucrecio (95 a.C. - 55 a.C.) en su “Naturaleza de las cosas” que propone un axioma que se hará popular hasta el Renacimiento: “La tisis es difícil de diagnosticar y fácil de tratar en las primeras etapas, mientras que resulta fácil de diagnosticar y difícil de tratar en la etapa final”. Maquiavelo, repetirá ese axioma, casi 16 siglos después.
Galeno la clasifica dentro de las enfermedades transmisible, como la peste o la sarna, y sus propuestas terapéuticas se mantendrán por mucho tiempo (reposo, antitusígenos, dieta, gárgaras de ácido tánico con miel para la hemoptisis).
Es Areteo de Cadocia (120-200 d.C.) en “Sobre las causas y los síntomas de las enfermedades”, quien describe los principales síntomas de la enfermedad: la febrícula vespertina, la diaforesis, el síndrome general (adelgazamiento, astenia, anorexia), o la características de la expectoración.
En América del Sur, los antecedentes se remontan al hallazgo de la momia de un niño Inca, encontrado en Nasca, Perú, con lesiones en el pulmón, pleura, hígado, riñón cuyas tinciones mostraron al bacilo de Koch. La fecha de los restos pudo establecerse que datan de los años 700 a.C.

(*) Médico Tisioneumonólogo Universitario, Jefe de Servicio del Hospital José Ramón Vidal, Prof. Adj. Cátedra de Infectología, de la Facultad de Medicina de la UNNE.

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