sábado, 21 de marzo de 2009

Literatura de Nasca : Caballas y Don Nicolás.



CABALLAS Y DON NICOLAS (Alayza y Paz Soldán) recopilado por Manuel Bustillos.

La pequeña bahía de Caballas, abierta entre la desembocadura del rió grande y la de Ica y recostada en la Punta de Nasca, que la protege de los vientos del sur, fue testigo de una increíble hazaña de nuestra vida de agitaciones y guerras civiles del pasado siglo, y esta vinculada, el ultimo caudillo y el que mas se adentrara en el corazón de las clases populares, a pesar de haberle alcanzado los comienzos de esta era de reivindicaciones proletarias, guerra a la burguesía, comunismo internacional y odio a las clases acomodadas, y hasta el pigmentium blanco, que es la peculiaridad sudamericana del nuevo ideario; y también Moguer su parte aristocrático, vestir atildado y hasta un poco llamativo y su atildado y hasta pergaminos.


Pero es que Piérola tenia el don de los predestinados de la política para conductores de pueblos, ese don que arrastra a veces aun a las mismos enemigos y que opera por igual sobre todas las clases sociales; y era tan poderoso en el, que hacia olvidar a los proletarios y a los amargados la aristocracia de toda persona y la proposición nobiliaria que jamás omitió delante de su apellido.



Eran los mal aventurados tiempos del mariscal Cáceres, el mas grande de los sobrevivientes de la Guerra del Pacifico y el menos provisto de dotes de gobierno; y de Nicolás de Piérola, insurgente profesional y, como don Carlos de España, eterno pretendiente, comenzó a conspirar en 1894: Cáceres había favorecido un golpe de estado, para apartar de su camino al Vice-Presidente que había remplazado al Coronel Remigio Morales Bermúdez fallecido en el mando.



Siempre en Chile hallaron generosa hospitalidad de los peruanos, especialmente los descontentos; el hermano solicito, jamás perdió oportunidad de intervenir en nuestra vida. Por eso hoy que se viene amasando un intromisión de tres potencias en nuestros asuntos nacionales, con esa amable camaradería establecida, quiere que sean cuatro, para meter su cuchara en nuestra olla.



Una mañana aparecieron sorpresivamente, como Mephisto en el Fausto de Gounod, tres temibles caballeros – terribles para el régimen – a quienes se sabia en Arica; a la cabeza, el hombrecito menudo y ágil, de mirar inteligente hermoso rastro, retorcida perilla en el mentón y otra no menos retorcida – el famoso mechón-sobre la frente; era el otro un hombre seco y descarnado, personaje de novela y figura del greco, genio de pólvora, inteligencia original y clarísima, el andar resuelto , y mas resuelto el espíritu orgulloso el gesto y la mirada de águila: don Nicolás y don Enrique Bustamante y Salazar. El tercer personaje era el contralmirante Carrasco, celebre por sus hazañas y aventuras marineras, y por su combate victorioso contra el Sha y el Ametis, dos naves de la armada de S.M.B.



Los tres había salido de Arica en un bote pescador de no mas de cinco metros de largo, arriesgándolos a la travesía de 550 millas por esos mares de Dios. Como para don Nicolás el territorio de tenia secretos ni ministerios el litoral , su pupila de Lince se había fijado en ese puntito de la costa, donde se podía arribar sin ser notado, para caer a Pisco, a reunirse con el grupo de hombres resueltos que desde veinte años atrás vivían con el fusil bajo la almohada, esperando que “El Califa” los llamase en cualquier momento y para cualquier empresa.



Un año después caía el régimen del Mariscal Cáceres y comenzaba una era de reorganización y comenzaba una era de reorganización y prosperidad para la República, ¡Lastima! Solo que para lograrla se hubiese necesitado atropellar al glorioso soldado de la Breña.

No hay comentarios: