lunes, 2 de febrero de 2009

Corredor Paracas-Nasca.

El corredor Paracas-Nasca, epicentro de importantes civilizaciones del pasado, es también un lugar rico en tesoros naturales poco explorados. El turismo tiene allí una ruta llena de paisajes y recursos fascinantes.

Por: Francisco Miró Quesada Rada (El Comercio)
A nadie se le cruza una ballena en un camino de tierra, pero a los que estuvimos en misión periodística por la Región Ica, sí. Sucede que esta ballena es un fósil de millones de años enclavado en el camino que nos llevaba hasta el cañón de Ocucaje, impresionante hendidura en pleno desierto. Cuando pregunté a nuestro guía Robert Penny Cabrera, miembro de la antigua familia de los Cabrera, descendiente de Gerónimo de Cabrera, fundador español de Ica, qué nombre tenía el cañón, me dijo: “No sé”. Entonces lo bautizamos como “Cañón del diablo”, porque cuando miré su profundidad pensé: “esto nos lleva al infierno”.
Aparte, digo que Gerónimo de Cabrera fue el fundador español de Ica porque en esta región, con hermosas bahías, como Paracas, San Fernando y San Clemente, el hombre tomó posesión mucho antes de la llegada de los ibéricos. Aquí el “reto y la respuesta” de Arnold Toynbee puede quedarse chico, pues uno se pregunta: ¿cómo pudieron vivir en la inmensidad del desierto? Más aun: ¿cómo se formaron civilizaciones? Empezando por grupos humanos que se establecieron en asentamientos pequeños, siguiendo con los Paracas, recordados por sus famosas trepanaciones y el gran candelabro; luego los nascas y sus impresionantes líneas que, a pesar de los avances científicos gracias a los estudios de María Reiche, todavía nos dejan una estela de misterio; más cuando vemos Cahuachi, centro ceremonial de esta cultura, una gran ciudad de barro que para algunos arqueólogos puede ser más extensa que la afamada Chan Chan; y así hasta llegar a los chinchas, una importante civilización, según dicen con alguna influencia wari posterior, territorio que los incas llamaron Chinchaysuyo.
El corredor Paracas-Nasca es algo más que sus conocidas civilizaciones. Y digo conocidas, porque en el Perú donde se hunde la lampa sale cultura. Esto significa que tal vez a futuro se puedan encontrar novedades. Ica es una región de hermosos paisajes con su flora, incluso la desértica, y fauna, allí habitan cóndores, zorros y guanacos. Sí, guanacos en pleno desierto. ¡Y por qué no! Son camélidos y saben convivir en los calurosos tablazos iqueños, por su capacidad para almacenar agua.
Fui a Sangallán. La conocí cuando tenía 8 años. En esa época no era reserva natural y muchos pescadores iban a cazar lobos marinos. Ahora en Sangallán existen 30.000 lobos, entre los llamados chuscos y finos, que juegan, se suben a lo más alto de las islas y los islotes, conviviendo en una especie de comunidad solidaria que embellece el paisaje marino. Estos lobos existen por miles, están en reservas, como la de San Juan de Marcona, o en estado natural a lo largo del litoral de Paracas, las playas de Ica y la ya mencionada bahía de San Fernando.
La fauna se nos presenta adornada de pingüinos, esos “pájaros niños”, con su caminar patuleco balanceándose como muñecos porfiados, pero cuando entran al mar son unas flechas por su velocidad.
Vera Alleman, una famosa paleontóloga, se queda impresionada por lo que ve y escucha. Está en su salsa gozando de los diversos estadíos geológicos que se pueden ver aquí. Ella explica su cátedra a unos alumnos que, como nosotros, se olvidan del calor abrasador al escuchar sus sabias enseñanzas. Fósiles de ballenas, dientes de megalodonte, tremendo tiburón de la era terciaria, conchas y moluscos. Es que ese inmenso desierto hace millones de años fue mar y lo que ahora son las playas de Lagunilla y La Mina fueron islas por aquellas épocas. El hombre vivió en armonía con la naturaleza y la cuidó por su instinto y también por necesidad. De eso se trata el proteger el medio ambiente, tarea obligatoria de todos los peruanos, de todos los seres humanos, un esfuerzo que no solo debe ser del Estado sino del sector privado. Debe por eso constituirse una fundación para la defensa y el apoyo de nuestro patrimonio cultural y del medio ambiente.
Esta región reune todas las condiciones para el desarrollo de un turismo integral, en armonía con el medio ambiente, la cultura y la distracción. Existe buena infraestructura hotelera, para empezar, pero falta invertir y mejorar los servicios básicos fundamentales. Así son las maravillas de un Perú biodiverso y sociodiverso. Precisamente es esta diversidad la que nos hace interesantes como sociedad, como territorio, como país.

No hay comentarios: