Tiene sentido la recomendación de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) de disponer el cierre temporal y por 30 días del aeródromo de Nasca para permitir su adecuación a los reglamentos de seguridad de la aeronáutica mundial.
La crisis es innegable. Hace pocos días una avioneta tuvo que aterrizar de emergencia en la carretera y hace tres semanas cinco turistas franceses murieron cuando otra avioneta se estrelló.
Según se ha comprobado, el desorden es mayúsculo y temerario. Hay cerca de 15 accesos directos al aeropuerto sin ningún control y la mayoría de compañías no cuenta con instalaciones adecuadas para el mantenimiento y parqueo de sus naves. Y en los exteriores hay cuatro edificaciones de dos pisos que colindan con la pista del aeródromo, así como postes de alta y media tensión eléctrica.
Con urgencia el Ministerio de Transportes debe asumir su responsabilidad, al igual que la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), para elaborar un plan de emergencia que devuelva orden y seguridad al aeródromo. ¡No hay que esperar más accidentes!
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